9 feb 2009

Pablo M. Vaquero publica '¡Ahora! No mañana (los mods en la nueva ola española 1979-1985)'

Mi primer recuerdo de Pablo Martínez Vaquero se remonta al otoño de 1989, viéndolo salir del pub Ta pa dai (¿o era el Motown?) de Oviedo con una Voll damm en la mano y su impecable aspecto de rude boy. Era por entonces líder de Los Murciélagos y vivía el furor de la In’ crowd como sólo pueden los verdaderos iniciados en el asunto mod.

Yo ignoraba que Pablo, además de bajista de ese grupo, era un firme adorador de la Nueva ola, tanto la británica como la española, cosa esta última algo extraña para la época, en que el modernismo empezaba a vivir un sectarismo que no entendía de desviaciones. Con el tiempo, Pablo apeó la parka y se alejó del mundo mod para dedicarse a su otra gran pasión: el periodismo. Hoy, en 2009, es un respetado profesional de TVE en Asturias que ha sacado tiempo y energías para conjugar sus dos vertientes: la de cronista y la de melómano. Y fruto de ello es este “¡Ahora! No mañana (los mods en la Nueva ola española)”, libro editado por Milenio que, como su subtítulo indica, narra las vicisitudes de los primeros grupos mods españoles, encuadrados en la emergente new wave y que, a tenor de lo leído en sus páginas, eran lo más atrevido y raro de aquellos años (1979-85) en los que triunfaban mediáticamente cosas bastante poco defendibles hoy en día (permítanme mencionar con sonrojo los nombres de Obús, Topo o el ultrachungo “Rock & Ríos”).

A lo que íbamos, este libro cuenta, de boca de muchos de sus protagonistas y de los fanzines (la verdadera fuente de conocimiento puro del underground musical) las andanzas de grupos como Los Elegantes, Los Flequillos, Pánico Speed, Brighton 64, Los Negativos, Telegrama, Los Nocturnos o Scooters (la lista sigue), verdaderos pioneros del movimiento mod en España. De mano, el esfuerzo por contactar con aquellos locos narcisistas es ya encomiable de por si. Analizar sus trayectorias paso por paso es algo que requiere una distancia cara de ver. Y trazar las líneas que definen la llegada del ska, el soul, el rythm’n blues y demás sonidos negros a suelo hispano es labor que muy pocos han hecho con la claridad con la que Vaquero ha concebido este libro. Huelga decir que el modernismo es bien conocido a partir del 86, con la llegada de Los Flechazos (grupo que queda fuera del libro por pura cronología y que define la segunda oleada mod, o sea, el cambio de movimiento a escena) y por lo tanto, “¡Ahora! No mañana” es a partir de ahora el referente para conocer la génesis de esta secta sónica en los albores de la Movida.

Podría contar más cosas de los grupos reseñados en esta crónica del nacimiento del modernismo en España, pero eso es chafar la lectura de este libro a cualquiera de ustedes. Baste decir que, por vez primera, se aclaran las circunstancias de la muerte de Canito (en el capítulo de Los Elegantes) o los no menos confusos acontecimientos que llevaron, por vía del enfrentamiento con arma blanca, al cierre de RockOla (en lo tocante a Pánico Speed). O que el libro tiene el añadido de las colaboraciones de Kiko Amat (prólogo), Miguel Trillo (epílogo y un montón de impagables y espléndidas fotografías) o Andrés Salvareza (más fotos de época). Si a eso le añadimos la fácil lectura por medio de un texto bien documentado y ameno, no cabe duda de que “¡Ahora! No mañana” está destinado a ser un referente en la arqueología pop española, tras tantos años de bulos y confusión (que la red ha contribuido, en no pocos casos, a liar aún mas). Y por supuesto, este libro es desde ya mismo un hito para saber el “quién es quien” en los primeros pasos del modernismo ibérico, en una era sin Internet ni discos compactos, pero con sobrada ilusión y energía juvenil para que deslumbrase a una generación ávida por saber qué misterios encierran unas guitarras eléctricas teñidas de música negra y urgencia juvenil.

No sé si Jimmy se suicidaba en Quadrophenia o si Steve Marriott era un hippie desengañado. Los protagonistas del libro, puede que tampoco, ni creo que importe ya. Lo que si cuenta es que la pasión y la intensidad de la “vida total mod” corren por estas páginas como la pólvora en los fusiles. Por fin se han puesto los puntos sobre las íes y la tribu del flequillo (y la afición en general) tiene quien les ha escrito la crónica de su nacimiento en España. La luz se ha hecho, sin cegar al autor ni a quienes nos asomamos con curiosidad a estas páginas. Y debemos congratularnos por ello, sin caer en nostalgias ni en victimismos. Mientras, nos beberemos lo que nos quede de existencia leyendo historias como las que recoge este libro. Por puro placer.

[Rafa A. Balbuena, www.nuevaola80.com]

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